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La Misericordia de Jesús en mi vida

Les presento aquí a mi hija Tati, hoy es doctora, esta casada y es mamá de un hermoso bebe.

Les escribo para compartirles una historia personal y también porque soy egoísta. ¡Si, egoísta! Recién me case, yo vivía en los Estados Unidos con mi esposo que estaba haciendo una residencia en medicina, y con mi hijo de 1 año y medio. Estaba nuevamente embarazada de tres meses de mi hija Tatiana y me contagie con varicela. La varicela en adultos es horrible, yo parecía un monstruo y las llagas las tenía hasta dentro de los párpados. Mi preocupación era mi bebe, ¿qué le iba a pasar? ¿cómo iba a nacer? ¿nacería deforme? No saben todos lo que me paso por la cabeza. Mi ti Marta viajo a los Estados Unidos a cuidarme y me llevo una imagen de Jesús de la Misericordia (yo ni sabía quién era) y me dijo que confiando en Él todo iba a salir bien.

Resulta que con la imagen armamos un altarcito sobre un viejo baúl. Me contó que Jesús se la había a parecido a una muchacha en Polonia y que le había dictado una especia de rosario y que si yo lo hacia mi hija saldría bien. El asunto es que no teniendo nada que perder, y te confieso que asustadísima, me comprometí a rezarlo todos los días a las tres de la tarde por lo que me restaba del embarazo para que Tatiana naciera bien. El punto es que mi hija nació perfecta, cinco dedos en cada mano, en cada pie, sin cola, bella y amorosa. Y eso se lo debo a Jesús de la Misericordia. Pero no solo la salud de Tati, sino su maravilloso ser interior, y son cientos de cosas que le debo a Jesús de la Misericordia.

Pero bueno, te estarás preguntando qué tiene que ver esto con el tema de borrar los pecados. Resulta que efectivamente Jesús se le apareció a esta muchachita pobre en Polonia que se llamaba Elena Kowalska, quién después se metió a monja y tomó el nombre de Faustina, y que hoy es santa. El la mando a pintar un cuadro según como Él se le aparecía y que abajo tenía que decir “Jesús yo Confío en Ti”. Pero, OJO, Él no le dijo “pon”, “escribe”, “anota” o “apunta” en el cuadro tales palabras. La palabra que uso en polaco, traducida, fue “FIRMA”.

¿Qué cosas firmamos? Documentos legales, ¿verdad? Es decir, que Él, que se le apareció como Señor de la Misericordia, iba a dar su misericordia solamente si nos comprometíamos a confiar en Él. ¡Hello! así mismito. Resumiendo: Jesús le dijo que quería que se instituyera una Fiesta para conmemorar su Misericordia el siguiente domingo después de la Pascua. Jesús le dijo que ese día TODOS nuestros pecados quedarían borrados.  Te explico.  Si tu hijo jugando pelota en la calle, la patea durísimo y la bola va y le rompe una ventana al vecino, que problemón, porque, aunque el muchachito vaya y le pida perdón al vecino y este lógicamente le diga: “Mijito, te perdono, pero págame el vidrio de la ventana”. Bueno, igualito pasa cuando tenemos un pecado. Vamos donde el sacerdote y lo confesamos y el pecado se perdona, pero no así la pena. Hay dos partes, la pena y la culpa. Cada pecado que cometemos nos deja como cicatrices en el alma que se limpian del todo es con el tiempo que pasamos en el purgatorio. PERO una vez al año, este domingo 23, en la Fiesta de la Misericordia, Jesús viene con galones de “liquid paper” y nos borra pena y culpa.  ¿Que tienes que hacer para que se te perdone TODO? Facilito: Comulgas ese día y te confiesas lo más cercano al domingo, si piensas que el domingo no tendrás chance y que estarán llenos los confesionarios.

“Di a las almas que les doy Mi misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo y soporto la justa ira de Mi Padre…, esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero” (Diario, 1517)

“…refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. Que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la fuente de Mi misericordia” (Diario, 699) 

Bueno, ya tienes el secreto y ahora, ¿quieres saber porque digo que soy egoísta?
Porque una de las promesas de Jesús a Faustina fue, tal como ella lo escribe en su diario: “A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso” (Diario, 1075) Así que yo aquí estoy escribiendo este testimonio, propagando la Misericordia para que Él me proteja. Tú puedes hacer lo mismo. Te invito a que des a conocer esta hermosa devoción de Jesús de la Misericordia. En Flor de Lis hay disponibles panfletos y estampitas que puedes repartir.

Por Mercedes Arias

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