Hace años tuve la oportunidad de conocer a un sacerdote errante. Su nombre es Yozefu Ssemakula, un apellido que todavía no se pronunciar. Él dice que lo llamemos Padre Joseph. Su misión es fuerte. Viaja de país en país poniendo a trabajar los talentos que tiene para ayudar a la recuperación y la unidad de las familias. Por el poder que Dios le dio, porque él no tiene poder por su cuenta, sana tu árbol familiar.

Te explico. Así como heredaste el lunar que tenía tu abuela en la nuca, o los ojos chiquitos de tu tatara abuela, hay otras cosas que también se nos transmiten. De pronto un hijo te nace con una tristeza profunda, con unas melancolías que no puedes explicar, otro con una inclinación al trago, otro no puede mantener un trabajo, etc… ¿Me voy explicando?

En nuestro torrente sanguíneo y en nuestras células existe como si fuera una huella impresa en nuestra alma que viene desde nuestras líneas ancestrales. Quizás la raíz está en algún pecado realizado por uno de los antepasados, que permitió al demonio entrar.

Este Padre es graduado en sicología clínica y su ministerio y unción van hacia sanar nuestros árboles genealógicos y así nuestra familia entera. Nació en Sudán donde aprendió perfecto español escuchando radio. En 1993 es ordenado sacerdote y ahora ha venido a Panamá a dictar seminarios Sanación para Familias que han dado muchos frutos buenos.

Por Mercedes Arias