Anoche les pregunte a mis hijos que si ellos hubieran podido escoger como querían que fuera su mamá, que me la describieran. Rápidos y veloces dijeron “Igualita a ti… jaja”. Me derretí solo por un segundo porque enseguida aclaró mi hija que si decían cualquier otra cosa no me iba a gustar. ¡Claro! y a quién? Resulta que no somos monedita de oro para todo el mundo. En mi lista de defectos esta que soy impuntual, que me exaspero a la velocidad del rayo, que les quiero controlar la vida, que los chequeo en FB, etc., etc. Muchos etc. Bueno el punto es que soy una simple mortal y que a ellos no se les dio opción de pedir a su mamá por internet con las especificaciones de rigor. Les toco la que les toco.
Pero resulta que Jesús SI pudo escoger su propia mamá. Se imaginan… sígueme por un momento en esta analogía. El que es Dios ya existía (el asunto de la Trinidad etc. que ya existía antes de todos los tiempos, ok) antes que la Virgen naciera. Lo más lógico es que se escogiera a su propia mamá, que la mandara a hacer de paquete según sus especificaciones, de catálogo. Por ejemplo, estoy segurísima qué dijo, quiero una mamá así y asa: que sea todo amor, que sea la más bonita de todas las mamás, que sea la mamá más consentidora, la más dulce, la más hermosa, la más buena, la más dispuesta a ayudar a otros, la más ordenada, la más puntual, la que tenga el mayor espíritu de servicio, o sea la mejor mamá del mundo. Eso fue exactamente lo que Jesús escogió para El, diseño a su mamita perfecta. Y bueno Dios Padre, también metió mano diseñándola porque esa iba a ser su hija predilecta, la princesa de Papito… Su rostro iba a ser el más pintado de la historia, su nombre el más copiado, María, Mariam, Miriam, Mariana, etc. y otras muchas otras derivaciones del nombre más poderoso. Además, dijo que el talón de su princesa era el que iba a aplastar la cabeza del maluco.
Esa es María, la mamá que nos ama y que no la amamos como deberíamos porque no hemos captado full que ELLA es la que es. Así que léete este libro para que te derritas. En estos tiempos, que especial sería que te derritieras por ella.
Hoy te escribo para que te des la oportunidad de conocerla. Hay este libro que es la cosota. Créeme, si alguna vez has querido conocerla y de pronto se te atravesaron mil cosas en el camino, esta es tu oportunidad, te enseña a ser la mejor persona que puedes ser, ves el ejemplo de la mejor mamá, es una ternurita de libro. Creo que todos debemos tener este libro espectacular, su costo es de $9.50 y se llama el Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen María.
El libro lo escribió San Luis María Grignion de Monfort en 1712 pero estuvo perdido hasta 1842 cuando lo encontró un bibliotecario en un subterráneo. De hecho, parece que el autor sabía que satanás iba a impedir que el libro se publicará porque en el mismo libro en el acápite 114 dice que el maligno “va a sepultar estas líneas en las tinieblas o en el silencio de un cofre a fin de que no sea publicado”. Así que, si quieres ver al diablo bravo, lee el libro. OSEA, el libro es tan actual que parece que fue escrito antes de ayer con toda la frescura de un texto nuevo, y es promesa de que quien lea el libro quedará convertido.
Por Mercedes Arias
