Niño Escondido de Medjugorje

Se han publicado muchos libros sobre María. Era necesario por tanto escribir uno sobre el Niño, un libro que devele una pequeña porción de su Presencia activa dentro y fuera de Medjugorje.

El hombre de hoy, agitado, angustiado y enfermo, necesita jugar con el Niño Jesús para sanar. Necesita jugar con Dios para resucitar. Para vencer las potencias del mal que nos destruyen desde el interior y que amenazan al mundo exterior, necesitamos armas diferentes de las que usa el mundo. Nos hace falta el Niño Dios.

Queridos lectores, con este libro que pretendo actúe a pinceladas, espero facilitarles medios simples para que puedan acercarse de alguna manera a este Dios. Encontrarán aquí diferentes situaciones, reforzadas con testimonios y hechos concretos en las cuales cada uno podrá hallar claves para su propia vida y, ¿por qué no?, algo con qué alimentar su alma.

¿Y si un día, presos por causa de Jesús, estuviéramos demasiado débiles como para recordar nuestras oraciones? “Una lengua desconocida”, en el relato 14, nos brindará una clave.

¿Y si un día nos faltara el alimento? Encontraremos una buena pista en el relato 75, “El Dios de las multiplicaciones”.

¿Y si un día nos quedáramos sin dinero? Hay una tabla de salvación en el relato 78, “Los graneros de la Providencia”.

¿Y si un día no tuviéramos más medicamentos? Una buena dirección en el relato 52, “¡Oh, buen San José!”.

¿Y si un día quedáramos acorralados por los embates del Mal? Una idea en el relato 70, “Operación Jericó”.

¿Y si le tememos a la muerte? Un aliento en el relato 50, “¡El Cielo al alcance de la mano!”.

¿Miedo ante el porvenir? Una pista segura en el relato 20, “El Rosario o los comunistas”.

¿Y si un día el perdonar se tornara imposible? Una solución en el relato 46, “Encontrar al Niño”.

¿Y si un día la desesperación llamara a nuestro corazón? Un recurso comprobado en el relato 76, “Martha Robin, misión suicida”.
Etcétera.

Ciertos testimonios no están directamente relacionados con Medjugorje, pero los he seleccionado siguiendo un criterio común: nos ayudan a descubrir el poder secreto de Cristo y a entrar en comunión con Él. Porque el Niño escondido de la colina es globalmente la inocencia de Dios, cualquiera sea el aspecto bajo el cual se manifieste; es el Dios que es, que era y que será por siempre un Niño.

Sor Emmanuel Maillard